Más sobre el NetKaizen
Sistema de mejora continua integral
El netkaizen —a menudo citado por su abrebiatura nk—- se compone de la palabra inglesa “net” (red o neto) y de la palabra japonesa “kaizen” (mejora continua), por lo que podría traducirse como mejora continua integral o mejora continua en red. Así pues, el netkaizen es la vía de la mejora continua, integral, multidisciplinar y sinérgica del ser humano, de forma sostenida y acumulable en el tiempo. En suma, el kaizeneka abraza una filosofía que hace inevitalbe la superación personal verdadera a la vez que un método definido de optimización humana total basado en potentes herramientas del hackeo vital (o life hacking).

Por eso, los kaizenkas no hackeamos código informático...
¡HACKEAMOS CÓDIGO VITAL!
De ahí que, incluso, algunos lo hayan bautizado como “el primer arte marcial de la felicidad”. En la práctica, el netkaizen consiste en crecer de forma simultánea (y persiguiendo siempre la sinergia y la transferencia de resultados) en tres JVCs (Juegos Vitales Clave):
- Salud Extrema
- Dinámicas Sociales
- Psicología del Éxito
A nivel externo, este crecimiento se traduce en una mejora general a muchísimos niveles. Pero, sobre todo, lo veremos reflejado en tres ámbitos de la vida, también sinérgicos entre sí y y de un gran valor estratégico para nuestra felicidad: Plenitud física. Relaciones afectivas potenciadoras. Realización profesional. Por eso, a diferencia de tantas escuelas de desarrollo y superación personal, el Netkaizen hace especial hincapié en la transferencia de resultados y en las sinergias que se producen al abordar el éxito de forma integral. Sabemos por experiencia que, cuando tomamos la mejora de un aspecto de nuestra vida de forma aislada, pagamos un alto precio por ello. En el siguiente vídeo comparto contigo mi propia experiencia con el Netkaizen y por qué he cambiado mi usuario en todas mis redes sociales a Mario Luna NK:
¿Entiendes por qué es tan importante perseguir el éxito integral y trabajar las áreas más importantes de tu vida desde un enfoque holístico? Hacerlo así no sólo va a resultar mucho más divertido, sino que además va a prevenir que se produzcan todo tipo de indeseadas antinergias. Por un lado, cuando desatiendes una de estas tres áreas, es muy fácil que termine saboteando al resto.
Por ejemplo, ¿qué pasa si vives para mejorar tu vida profesional, descuidando tus relaciones y tu salud? Antes o después, estas dos parcelas de tu existencia se deteriorarán. E, irónicamente, terminarán lastrando… ¡incluso tu trabajo! Piénsalo. Al alejarte de la plenitud física, te faltará energía, tu cerebro será más vulnerable a distracciones y tus achaques te las generarán. Y tú quizás creas que te estás entregando a tu proyecto profesional, cuando en realidad lo que le estarás entregando es una versión enferma y “de baja calidad” de ti.
Y hablando de entregarte a tu trabajo, ¿cómo le afectará una deplorable o nula vida emocional y afectiva? ¿De verdad crees que tu mente y tu corazón van a poder rendir al máximo cuando están marchitos y sedientos de esas atenciones que les niegas? Tanto si estás en una relación atormentada e infeliz como si sufres por no encontrar pareja o por no saber generar desde dentro el amor que buscas fuera, el problema será el mismo: de nuevo, hablamos de una versión subóptima de ti. Y, aunque te creas que lo estás dando todo por un sueño económico o laboral, en realidad sólo le estarás dando las migajas de lo que tu versión plena podría estar ofreciendo.
Sí, tu versión netkaizen.
¿Y qué ocurre si decides volcarte en tu vida afectiva y emocional descuidando los otros dos pilares? Pues que los resultados pueden ser igual o más catastróficos todavía. Quizás creas que vas a ser feliz cuando logres arreglar tu relación, y te vuelques en ella. O puede que te falten habilidades para socializarte, conectar con otras personas y con tu lado atractivo, y el estudio de las Dinámicas Sociales termine absorbiéndote por completo. O acaso tu búsqueda sólo sea interior y te obsesiones con trabajar tu lado espiritual o con alcanzar el perfecto dominio de tus emociones. Pues adivina qué: si sigues esta vía a costa de aquellos hábitos que te permiten cultivar tu salud y tu carrera, no importa la velocidad a la que vayas: estarás avanzando hacia un precipicio. Seguro que tú también los has viso. Mira a tu alrededor y dime: ¿sabes de alguno de esos “yonquis de la autoayuda” cuya vidas deja mucho que desear? Para entenderlo, empecemos por tu estado físico. Si tu cuerpo no está optimizado, tampoco lo estará su química. Tu cerebro lo sufrirá y, con éste, tus emociones.
Cuando te quieras dar cuenta, serás una persona con todo tipo de desequilibrios mentales y emocionales, que afectarán seriamente a tu relación con los demás y contigo mismo. Porque —y esto es algo que a menudo olvidamos— recuerda: las emociones están en el cerebro y, el cerebro, es cuerpo. Por eso, cuando tu estado físico no es óptimo, eres menos resiliente, te costará más recuperarte de cualquier fracaso o decepción, te sentirás menos motivado, ilusionado, optimista, agradecido, satisfecho y feliz. Algo que, como es lógico, también será determinante en el efecto que tendrás sobre otras personas. Resumiendo: cualquier estado que esté por debajo de la Salud Extrema, va a hacer que tú también estés por debajo de lo que podrías estar en las relaciones, con los demás y contigo mismo.
En cuanto a tu situación económica o profesional, tampoco necesitas demasiada reflexión para darte cuenta de que, si ésta hace aguas, se convertirá en un auténtico lastre en tus relaciones sexuales, románticas y afectivas. El estrés que te producirá no saber cómo vas a pagar tus próximos recibos te alejará como una ráfaga de viento de tu lado más atractivo. Estar en paro y no sentirte útil, o consagrar la mayor parte de tu tiempo y energía a un trabajo que no te llena va a ser una de los peores venenos que podrías estar suministrando, un día tras otro, a tu autoestima. Porque así, si tu situación es precaria o tu trabajo no te estimula o no te hace sentirte valioso y especial, ¿cómo quieres tener confianza en tu atractivo? ¿Cómo esperas que no te afecte lo que ocurre en esa cita? Y, cuando esa relación se viene abajo, ¿cómo no vas a hacerlo tú con ella? Si tu día a día es un infierno —y lo será si tu trabajo lo es—, disculpa la expresión, pero… ¡estás en pelotas! Completamente desnudo en el juego del amor, esperando a que alguien te preste su manto con el que abrigarte de las inclemencias que supone vivir tu vida y ser tú mismo. Y no desearás a alguien, lo necesitarás. Necesitarás que llene un vacío que tú mismo no habrás sido capaz de llenar.
En suma, pretender adquirir una “psicología del amor” (con los demás o contigo) sin haber desarrollado antes una Psicología del Éxito es poco menos que un suicidio afectivo. Pues, tratar de conseguir lo que quieres en el sexo, el amor y las relaciones sin convertirte también en una persona capaz de perseguir y conseguir sus objetivos vitales —lo que llamamos “un ganador o ganadora”— es como tratar de subir a la luna en helicóptero. Como tratar de saciar la sed en un desierto. Como bailar sin música.
Llegados a este punto, hace falta advertir algo obvio pero necesario: perseguir únicamente la plenitud física dejando de lado las otras dos áreas tampoco es deseable ni viable. Y déjame que recalque la segunda negación: es inviable. ¿Por qué? Porque aunque en un plano teórico fuese posible debatir sobre hasta qué punto es deseable gozar de una salud vibrante pese a sufrir en el amor y en el trabajo, en el plano real te anticipo ya que: Si no caminas hacia la realización profesional y afectiva, es imposible avanzar hacia la salud extrema. Quizás no te falten los ingredientes para componer un poema, pero sí los necesarios para perseguir la salud extrema.
Bromas aparte, si tu situación laboral es estresante o te falta estabilidad emocional, “el viento de la vida” soplará contra tu salud. En la práctica, esto quiere decir que tus niveles de cortisol se dispararán, te costará conciliar un buen sueño con todo el trastorno hormonal que ésto conlleva, tu sistema inmune funcionará por debajo de su capacidad y, en general, serás un organismo más débil y vulnerable a todo tipo de afecciones y patologías. Pues, igual que la química de tu cuerpo afecta a tus emociones, tus emociones también afectan a la química de tu cuerpo. Además, no sólo afectarán directa, sino también indirectamente a través de tus hábitos. Pues cuando esa jornada laboral te deja estresado, frustrado o deprimido, ¿no es mucho más fácil que recurras al alcohol, el tabaco, los dulces o cualquier otra adición? Si tu vida sentimental es deprimente, ¿seguro que no buscarás en la comida o en la droga la gratificación que no encuentras conectando con otros o contigo mismo? Como Bridget Jones, ¿no ahogarás tus penas en un helado de medio litro?
Al final, y por más vueltas que le demos, verás que siempre llegamos a la misma conclusión: El único crecimiento inteligente es el crecimiento sinérgico e integral. Así que, cuando hablemos de netkaizen, hablaremos siempre de un sistema de desarrollo integral que tiene en cuenta las ventajas de abarcar varias áreas estratégicas de forma simultánea, por contraposición a acometerlas por separado. Y aunque en ciertos momentos de tu vida te puede venir bien volcarte en un área más que en otra, tú brújula ha de ser siempre el netkaizen: tu realización integral, multidisciplinar y sinérgica, de forma sostenida y acumulable en el tiempo. Cualquier otra vía sólo ofrecerá, en el mejor de los casos, resultados temporales o parciales y, además, supondrá un elevado coste de oportunidad.
Pues…
El problema no es aquello que no eres. Es todo aquello que no eres pero podrías llegar a ser.
La respuesta que yo he encontrado a este desafío es una palabra de nueve letras: netkaizen.
Si quieres explorar conmigo esta vía, te invito a que te unas a la comunidad de tu mejor versión.