Desnudo Direccional
Supe que Pol llegaría lejos prácticamente desde nuestro primer contacto. En aquella época, sólo era un alumno, pero ya sentado y sin abrir la boca desprendía fuerza.
Me refiero a esa clase de fuerza que no se puede ocultar. La que irradian aquellos hombres habituados a conseguir todo lo que se proponen gracias a una voluntad de acero. Hombres de los que, aun sin conocerlos, algo te dice que se levantarán una y otra vez de sus caídas. Hombres que jamás se rinden. Hombres excepcionales que, si alguna vez tu barco se viese azotado por una violenta tempestad, te gustaría tener bien cerca.
Ray, que era mi colaborador en ese taller, también se cercioró en el acto. Su mirada cómplice durante la primera salida que tuvo lugar horas después lo decía todo. Sobraban las palabras. La conclusión tácita compartida estaba clara. Podía resumirse en: ¿Has visto a este tío?…
Por aquel entonces Pol todavía se hacía llamar Fire. Fuego, de profesión bombero. Un hombre que se zambulle entre las llamas sin pensárselo dos veces. ¿Por qué? Porque es lo que toca hacer ahora. Así de simple:
—Hola, ¿te vienes a la orgía?
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Cualquiera de los ejercicios de “calentamiento” que habrían encogido el estómago de más de un veterano, eran simples trámites para Pol:
—Disculpa, he olvidado lo que te iba a decir. Deben ser las ganas de desgarrarte ese vestido que me han entrado al acercarme a ti.
El tono y la actitud podían ser perfectamente los que adoptarías al ayudar a una ancianita a cruzar la calle. Sólo tenía que pedírselo.
—¿Qué hago ahora, Mario?
Si eres de mi generación, puede que te suene Son Goku. Su actitud desnuda y cargada de propósito. Pues bien, a mí no dejaba de venirme a la cabeza. Y, aunque sólo fuese un manga japonés, creí comprender por vez primera al Duende Tortuga o a Kaito teniendo que adaptar su programa a una esponja devoradora de ciencia Aven que jamás le hacía ascos al más inhumano de los entrenamientos.
No cabía duda. Este señor poseía la actitud del Ganador. Podía cometer mil y un errores, pero antes o después acabaría transformándolos todos en peldaños de su imparable ascenso hacia el éxito. Ray y yo lo teníamos claro: Pol Casanovas acababa de ganarse un puesto en el programa de formación de instructores de Seducción Científica.
Años después, la historia ha ratificado nuestra primera impresión. Pol es ya un instructor consolidado y, mientras lo observo cerrar con beso a dos mujeres seguidas en pleno día, me pregunto en qué consiste su magia. ¿Será tan reproducible como todo lo que enseñamos en Seducción Científica?
—Pol —le pregunto mientras repasamos las grabaciones de su reciente sargeo en busca de gemas con las que seguir enriqueciendo esta ciencia—, ¿cómo llamarías a tu estilo?
—No lo sé —replica él—. Yo aplico el Método SC.
Desde luego, si hay alguien que conoce a fondo el Método SC es Pol Casanovas. Y es que, tras esa mirada campechana acompañada de un pintoresco acento catalán, no tarda en adivinarse una de las mentes del mundo que mejor han comprendido e interiorizado el Método SC. Su magistral aplicación del mismo, que parece extraída de un libro de texto, fascina a todo aquel que lo ha estudiado en profundidad.
—Lo haces, lo haces… Pero sabes tan bien como yo que, al ser un sistema tan versátil, existen infinitas formas de impleméntalo.
—Es una de las cosas que más me gustan de nuestro método. No es una recetilla. Nosotros no le damos una personalidad postiza a la gente: le ofrecemos un conjunto de principios claros, engranados en un sistema, para que cada uno los adapte a su propia personalidad.
—Sí, pero… ¿Cuántas personas hay capaces de crear su propio estilo a partir del Método SC?
—Muy pocas, eso es cierto… Ahora es cuando tú me dices que soy una de ellas y yo me pongo rojo, ¿verdad, Mario?
—El rojo te sienta de cine, Pol.
—Siempre has sido un hombre con buen gusto, Mario.
—No, te lo digo en serio. Ponerte rojo cuando toca es parte de tu encanto. Y de tu estilo…
—Jajajaja… Está claro que te has empeñado en decodificar mi estilo. Entonces, ¿cómo lo clasificamos? ¿Bajo alguna clase de directo?
—¿Te consideras directo, Pol?
—Depende. Yo siempre me muestro tal cual soy, pero no actúo necesariamente directo. ¿Y si calibro que ella no está preparada aún para encajar mi interés?
—Estoy contigo. No hay por qué sobre estimular su factor fulana.
—Eso es. A mí me gusta destaparme, pero siempre traduzco a la mujer que tengo en frente. Y a veces detecto que no necesita que le hable de su escote. ¿Debo ser directo sólo porque no oculto nada?
—DESNUDO. Desnudo porque no ocultas nada.
— DESNUDO me gusta. Suena bien.
—Tampoco necesitas seducirte a ti mismo constantemente.
—A decir verdad, estoy más pendiente de conocerla a ella que de impresionarme a mí…
—Porque te aceptas completamente como eres, con tus errores y defectos que…
—Que son muchos e incontables… —bromea Pol.
—Que te hacen humano. Por eso no necesitas ser súper creativo o elocuente.
—Doy fe de que no lo soy… Creativo no te digo que no, pero elocuente… Tío —añade en tono guasón una vez más—, ¿has visto mis vídeos? Yo he perdido la cuenta de la de veces que digo “vale”. Debe ser todo un alivio para mis alumnos tener un profesor que se comunica mucho peor que ellos.
—No lo dudes que lo es. En cualquier caso, tus vídeos son auténticos. En ellos se percibe que hablas con el corazón desde el conocimiento que te ha brindado tu trabajo y experiencia. Por eso la gente los valora. A ellas les pasa lo mismo con tu desnudez. Y no hay forma de entrar en batallas de egos.
Al decirle esto a Pol, desfilan por mi mente algunas escenas de sargeo en pelota picada. Contrariamente a otras playas, siempre que me he acercado a una mujer en la nudista he sentido que generaba un nivel de confianza que la desarmaba desde el primer instante. Aparte del valor que proyecta la autoaceptación máxima que implica, es como si ligar sin ropa se convirtiese en una metáfora de toda una actitud ante la vida. Una especie de símbolo de que, si haces eso en la playa, vas a ir de frente en todo lo demás.
—Sí —comenta Pol como si me leyera el pensamiento—. Es cómo el efecto del que me habéis hablado Ray y tú en la nudista, ¿no?
—Más poderoso. Hay poca gente capaz de interactuar con naturalidad tras desnudar su cuerpo. Pero hay menos aún que puedan hacerlo tras desnudar su alma.
—No es por colgarme medallas —se excusa Pol—, pero creo que has dado en el clavo con mi estilo. Al menos, lo siento así: cuando ligo, yo estoy siempre en la nudista.
—Por eso —agrego— les haces vivir una experiencia inolvidable. Las arrastras contigo a la nudista.
—Es cierto. Desnudo subcomunicas mucho valor al no tener nada que ocultar, pero también despiertas más confianza e induces a la persona que tienes enfrente a hacer lo mismo.
—Sí. Conservar la ropa frente a alguien que se la ha quitado nos hace sentirnos sucios. Como mirones aprovechados.
—Quién iba a decir —comenta Pol pensativo— que un corazón desnudo se acabaría convirtiendo en el arma más poderosa…
—Una que forma parte de ti, Pol…
—Así que, ¿ese es mi estilo? ¿Estilo DESNUDO? —Y echando mano de nuevo de su socarronería catalana, añade—: ¿No podríamos llamarlo “DESNUDO DESCARNADO” o “DESNUDO LETAL” para que fuese más impactante?
—DIRECCIONAL. DESNUDO DIRECCIONAL.
—Suena muy bien, pero… ¿por qué DIRECCIONAL?
—Porque has hecho tuya la actitud del ganador y no dejas que te aparten de tu camino.
—Ya me decía mi mamá que cuando se me mete algo en la cabeza…
—Jajajaja… Te conoce bien. Porque yo también lo detecto en tu juego. No importa cuántas veces te desvíen: cada vez que ella te aparta de tu camino, tú vuelves y vuelves y vuelves a él…
—Eso lo tengo claro. Me gusta dirigir la interacción hacia donde yo quiero…
—Constantemente —añado—. Tú siempre le das una dirección clara a la interacción y asumes la responsabilidad de lo que ocurra.
—Veo por dónde vas. Aparte de todo, soy DIRECCIONAL porque no quiero hacerla cargar con la responsabilidad de la escalada. Cargar con dicho peso me corresponde a mí. Ellas saben que lo tengo asumido y por eso se sienten muy cómodas conmigo…
—Aportas una dirección a la interacción pero, como buen ganador, también se la das a tu vida en general. Eso ellas también lo perciben y lo encuentran extremadamente atractivo.
—Mmmhh… DESNUDO DIRECCIONAL… Cada vez me suena mejor…
—A mí también me parece un estilo precioso. Al aplicar de esta forma el Método SC, es como si tu actitud les comunicara: yo soy el que ves y me acepto totalmente (DESNUDO). Este es mi tren y va en esa dirección (DIRECCIONAL). Si quieres, estás invitada a subir. Si no, ha sido placer cruzarme contigo.
—Me siento muy reflejado —ratifica Pol—. Por cierto, una dirección importante que tiene ahora mismo mi vida es el auto crecimiento y desprendimiento del ego, tomarme menos en serio.
—Supongo que de ahí emana ese humor tan natural que acabo de escuchar en la grabación de tus sargeos.
—Así es, Mario. En mi caso, el humor no es una búsqueda porque no trato de impresionarme a mí mismo. Es sólo una consecuencia natural de desnudarme y disfrutar del momento a la vez que trabajo para tomarme cada vez menos en serio a mí mismo.
—¿Quieres decir que ningún alumno tuyo necesita ser especialmente ingenioso para desarrollar esa clase de humor?
—Así es. Le bastará con encontrar la actitud.
Una actitud DESNUDA y DIRECCIONAL.
Como te he comentado en privado, gracias por la explicación maestro. Como ya hiciste con las mujeres esta vez me siento yo descodificado, un placer y un honor que la presentación oficial venga de la mano del hombre que lo ha bautizado así, Desnudo Direccional, y aún por encima del maestro que con su capacidad y apoyo constantes han hecho de mi el hombre capaz de desarrollar un estilo de seducción… aunque pese decirlo, tan molón.
Excelente explicación y muy interesante, todos tenemos que desarrolar nuestro propio método de seducir, pero mientras hay que inspirarse con sus métodos para entender más. Sigan así
El esperado y revolucionario DESNUDO DIRECCIONAL.
Me da la sensación de que este post esconde mucho más de lo que dice. Aunque parece muy sencillo a simple vista, desprende lo que es Pol Casanovas en toda su esencia. Creo que CUALQUIERA podría ser Pol desnudándose ante cualquier mujer y ofreciéndole ir en la misma dirección en la que va su tren.
Sencillamente genial.
África Bos.
Que buena pinta tiene el Desnudo Direccional. Y sin duda en directo no tiene desperdicio
Que gran relato. Me recuerda uno de mis favoritos ‘La República’ de Platón. Un diálogo revelador, respuesta tras respuesta, entre maestro y discípulo…
Al final, como en estos casos de iluminación, surge el DESNUDO DIRECCIONAL… La esencia de Pol. ¡Sencillamente genial!
Escribes con cuentagotas, pero cuando lo haces el resultado es sublime, Mario. No veo mejor forma de presentarnos el «Desnudo Direccional» que con la propia conversación que mantuvisteis.
A ti, Pol, que puedo decirte, el propio artículo te describe como un auténtico crack con estilo propio y mucho que enseñar. ¡Gracias!
Todos los que hemos tenido el placer de compartir una cerveza, sargeo o mesa con Pol sabemos que su juego interno ( ¿¿realmente tiene?? ) es su fuente de donde emana…. un gran ejemplo de que la sinceridad y la sencillez son grandes fdv.
Este articluo me viene a la cabeza una gran persona, Mr Covax, quien con sinceridad, sencillez y buen humor nos robo el corazon.
Felicidades Pol eres un crack!!!
Wow!.. algo mas q decir del juego interno… vamos bien pol!!… desnudarse… es la mejor manera de demostrar que estas libre del ego…! muchas veces nos han dicho «se tú mismo»… pero nunca nos dieron los principios para sostenernos… aqui tiene el peso el metodo sc… y el estilo desnudo direccional claramente caracteriza el desprenderse d todo. Gracias Pol : ) un abrazo a todos
Mario, estoy completamente de acuerdo con que el Método SC es tan versátil que permite forjar un estilo por cada seductor! Yo sargeo en Argentina desde hace dos años, y estoy desarrollando un estilo própio…
Estoy dando con las Pilares que lo sostienen, decodificando qué hace tan atractivo este estilo, porqué las mujeres se enamoran con tanta velocidad cuando lo aplico… también tiene algo de directo, algo de no esconder el deseo de besar, de acariciar, y siempre que uno traduzca si esa mujer se encuentra lista, puede resultar devastador!
Estoy escribiendo sobre ello, espero algun día compartirlo con ustedes…
Que gran relato, la verdad que da gusto leer articulos tan entretenidos y atrapantes como este, todo un seductor que va directo al grano
un saludo
Al final te vamos a perdonar que sigas repitiendo el «latiguillo» VALE en tus seminarios, aunque los asistentes te lo recuerden de vez en cuando.
Seguro que lo consigues superar, todo es proponerselo, también serás un buen comunicador.
Me gusta ese estilo. Lo uso a veces pero como calentamiento en aperturas todavía no lo apliqué.
Muy buen articulo ya Luna esta recojiendo nuevos frutos de la semillas plantadas por el y la comunidad. Un saludos a estos grandes, cuyo estudio comienza a ser admirado en varios jovenes cubanos.